Sidecar es una de esas salas de conciertos míticas de Barcelona, y hace un tiempo volví a bajar sus escaleras para asistir al concierto de Destino 48, una banda de rock asturiana que sigo hace tiempo y que por fin visitaban esta ciudad.
Aunque a Destino 48 los has podido escuchar por el blog porque han formado parte de algunas de las playlists, no sé si alguna vez he explicado que di con ellos tras encontrar en Youtube este vídeo junto a Quique González, en el que interpretan Su día libre:
Antes del concierto, contacté con el grupo para saber si dentro de la sala se podían hacer fotos o si había algún tipo de restricción, tal y como me ha pasado en alguna ocasión, y la verdad es que es un gustazo disfrutar de un concierto y poder sacar la cámara de vez en cuando a hacer algunas fotos.
Reconozco que el chip es diferente a cuando hago las fotos por trabajo, aunque disfrute también. En conciertos canto y fotografío a la vez, me dejo llevar por el momento, e intento volver a casa con fotos que me recuerden lo bien que lo pasé esa noche. Si además, las fotos gustan al grupo o por redes, es un extra que me anima a seguir experimentando.





Destino 48 en Sidecar
Del grupo, sólo puedo hablar maravillas. Además de ser majísimos y facilitarme un pase de prensa, si en los discos suenan bien, en directo ya es lo máximo, con temas de sus dos discos Esto es un simulacro (2013) y Sol de invierno (2016).
Perdí la cuenta de las canciones que tarareé, de las que bailé y de las que fotografié. Aquello era una fiesta, se les veía felices de tocar en una sala tan mítica como Sidecar, y trasladaron esa energía a todo el público que estábamos allí disfrutando de sus canciones.









Respecto a las condiciones de la sala… Creo que queda claro que no había mucha luz, así que la mayor parte de las fotografías las hice con el XF 18-55 f2.8-4 y con el XF35 f2, abriendo a tope el diafragma y subiendo la ISO. Estábamos cerca y no nos hizo falta usar el teleobjetivo. Y aunque hay ruido en las fotos, contra los elementos no se puede hacer mucho más. En vez de frustrarse, lo mejor es adaptarse a las condiciones de la sala y hacerlo lo mejor posible. Por eso hago fotos, para pasarlo bien, y en un concierto así, agobiarse no era ninguna solución.
Para mejorar, me he apuntado al curso Fotografía de espectáculos, de Matias Altbach en Domestika, con el que espero aprender un montón y mostrar mis progresos por aquí próximamente.





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