Hace unos días nos asaltaba la noticia del fallecimiento del cantautor Luis Eduardo Aute, una pérdida que deja sin palabras.

Tirando de recuerdos y hemeroteca, mi amiga E. recuperó un enlace con una entrevista que tuve la suerte de compartir con Aute, hace ya demasiados años.

Yo estaba de prácticas en un medio, y conseguí que les interesara ese contenido. No sé si es de las veces que más nerviosa he estado en la vida antes de una entrevista. Pero fui y al final salió algo muy bonito, una conversación sincera justo antes de la presentación de su libro AnimalHada en Barcelona, sentados en un sofá del Hotel Majestic.

Y antes de que vuelva a perder ese enlace, o desaparezca de la hemeroteca, me apetece quedarme con alguna parte de aquella conversación…

– No me considero poeta de nada. Me interesa la carne, pero con el espíritu. Somos seres que estamos hechos de materia y de espíritu. Somos animales, tenemos alma. Dicen que somos animales racionales, pero son más racionales los animales irracionales.

– La sociedad está más en el hecho de «juzgar» que en el hecho de «jugar». Sólo cambia una «z» y todo baila. Ser juez es una cosa y estar vivo es otra. El ciudadano de hoy es un animal convencional que sobrevive a través de convenciones, sin voluntad propia. El ser humano no debería perder nunca el sentido del juego de la vida, la curiosidad, intentar cruzar el otro lado del espejo. Si no tiene esa capacidad, es un zombi. Estar vivo es no perder la inocencia, volver a ser niños.

– Depende del estado de ánimo. Reivindico el absurdo. ¿Hay algo más absurdo que lo que llamamos razonable? Me siento inadaptado al mundo. No me entiendo bien con mi tiempo.

Y no se me ocurre mejor forma que cerrar esta entrada con mi canción favorita de Aute: Slowly.

Fotografía de portada: Facebook Luis Eduardo Aute